miércoles, 24 de abril de 2013

El experimento de Normalizacion de Sherif


INTRODUCCIÓN


La psicología es el estudio de la mente humana y los procesos mentales relacionados al comportamiento y a la naturaleza humana. Como depende en gran medida de cada individuo, no es considerada una ciencia dura, a pesar de que algunos psicólogos experimentan y publican sus descubrimientos en diversos periódicos y revistas. Algunos de los experimentos psicológicos realizados en los últimos años son extraordinariamente reveladores acerca de cómo los humanos pensamos y nos comportamos y que, a pesar de que no estemos orgullosos, nos deja reflexionar y mantener la humildad.

En toda sociedad organizada sea primitiva o simple es indispensable la creación de normas, esta necesidad fundamenta su desarrollo en el hecho de la cohesión social, la interacción y la mediación de intereses por parte de los integrantes de una sociedad, las normas sociales contribuyen a la formación de la experiencia del individuo, construyendo una realidad que servirá como directriz para sus acciones; la efectividad de la norma solo es observable en el comportamiento de los individuos; cuando una norma se pone en tela de juicio su efectividad es común que los individuos que manifiesten su inconformidad y se les considera como excéntricos, perturbadores de la forma cotidiana de comportamiento. La influencia social puede operar de una forma menos directa a través de la conformidad con las normas sociales o grupales, esta conformidad puede ser definida  como un cambio profundo privado y duradero de la conducta y las actitudes debido a la presión del grupo, el investigador Allport (1924) observó que las personas en los grupos emitían juicios menos extremos y más conservadores de los olores y los pesos que cuando estaban solas, aun sin presión directa, el grupo pudiera hacer que los miembros convergieran y se volvieran así mas similares entre si. Sheriff relaciona explícitamente este efecto de convergencia con el desarrollo de las “normas sociales”, partiendo de la premisa de que las personas necesitan estar seguras y confiar en lo que están haciendo, pensando es correcto y apropiado; Sheriff argumentó que necesitamos el comportamiento  de los otros para establecer una gama de comportamientos posibles, podemos llamar a esto marco de referencia o contexto comparativo social, en donde el individuo crea un identidad propia que será reflejo de una realidad a la cual está inmerso, este marco de referencia se puede definir como todo el espectro de posiciones subjetivamente concebibles que las personas relevantes pueden ocupar en un contexto, en alguna dimensión de actitud o conductuales. La presión normativa es una de las formas más eficaces para modificar la conducta de las personas.  

Muzafer Sherif es considerado como uno de los fundadores de la Psicología Social, la cual consiste en el estudio científico de como los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las personas, se pueden ver influenciados por la presencia real, imaginada o implicada de otras personas.


Bueno, Sherif realizó una serie de experimentos e investigaciones en 1935  sobre la influencia del medio social en los juicios de una persona. Para explicar el comportamiento de los hombres según el entorno que los rodea, lo más probable es que de ahí creara la Teoría del Juicio Social. La base del experimento era muy simple y se enfocaba en una ilusión óptica llamada efecto autocinético.

El efecto autocinético es el movimiento aparente de un punto luminoso en la oscuridad, cuando realmente no hay movimiento alguno. Es una mera ilusión óptica. Suponemos que se produce por los pequeños movimientos involuntarios de nuestros ojos, y por la falta de elementos de referencia que nos permitirían comprobar que la luz, en efecto, no se mueve. El efecto autocinético produce a veces errores en el mundo de la astronomía (cuando un observador mira un punto luminoso sobre fondo negro, como una estrella, y le parece ver como se mueve) y también entre los pilotos de aviones que vuelan de noche y con escasas fuentes de luz. También se supone que este efecto es responsable de muchos presuntos avistamientos de OVNIS, que no serían más que un punto luminoso fijo percibido por el testigo como móvil.

Al ser una mera ilusión, el efecto autocinético puede ser fuertemente influido por otros estímulos, como la opinión de otras personas. La situación es ambigua, siendo muy difícil decir si el puntito luminoso se ha movido o no, hacia dónde y cuánta distancia. Por eso Sherif utilizó esta ilusión óptica en sus estudios, queriendo comprobar hasta qué punto se aferraban los individuos a la opinión de otros en una situación de gran ambigüedad.

Hipótesis de trabajo

Una hipótesis con la cual deseamos centrar nuestro trabajo radica en que aceptamos como válido el postulado de “que la gente cambia” por encima de que “la gente no cambia”. Lo que las personas usualmente quieren decir cuando frecuentemente señalan que “las personas (otros) se resisten a cambiar” – es que “las personas se resisten a hacer lo que nosotros queremos que hagan”. Y además deseamos que lo hagan en la dirección que nosotros queremos. Si alguien duda respecto de nuestro primer postulado solo tiene que reconsiderar la frase popular al que nos referimos cuando ingresa alguien a una organización al señalar: “Escoba nueva barre bien”. Esta frase lleva implícito que las personas cambian; más aun, que estas personas puntualmente han de cambiar (aunque no en la dirección, persistencia y velocidad que nosotros inicialmente deseamos). Además muchos trabajos de campo han mostrado evidencia que las personas no se resisten simplemente a cambiar sino que más bien “se resisten cuando no saben las consecuencias sobre ellos respecto de los cambios que deben asumir”.



Las personas se comportan y lo hacen dentro de un “escenario” como si este fuera una obra de teatro. Y este comportamiento de las personas tiene que ver con lo que ellas hacen, sienten, piensan, como reaccionan, sus creencias y cuáles son sus objetivos. Y esto lo hacen desde el mismo día de su nacimiento, durante su adultez y su madurez, y hasta su muerte. Mucho del comportamiento de las personas tiene que ver con “grupos” y mucho de lo que sucede en los grupos tiene que ver con las “organizaciones”. El conjunto de organizaciones opera dentro de lo que podemos llamar un sistema de relaciones sociales y este “sistema” tiene una faceta particular con consecuencias importantes ya que constituyen un orden de tipo evaluativo y normativo.

Si tenemos en cuenta la posición de Emile Durkheim (“Sociology and Philosophy”; London: Cohen and West - 1953) de que la sociedad es en alguna medida un fenómeno moral, podemos decir entonces que tanto el funcionamiento como la continuidad de cada sistema social depende en gran medida – aunque no por completo – del grado de conformidad moral. Afortunadamente para las sociedades, la inmensa mayoría de las personas dan cumplimiento a los códigos sociales y a sus expectativas.

Los experimentos de Sherif tratan sobre los efectos que sufren los juicios cuando los individuos están en grupos y cuando decidimos por nosotros mismos, es decir, crear juicios a nivel personal. Todo esto se basó en el estudio deNormalización como forma de influencia psicológica-social.

Normalización: La normalización es el proceso de elaboración, aplicación y mejora de las normas que se aplican a distintas actividades científicas, industriales o económicas con el fin de ordenarlas y mejorarlas. Según la ISO (International Organization for Standarization) la Normalización es la actividad que tiene por objeto establecer, ante problemas reales o potenciales, disposiciones destinadas a usos comunes y repetidos, con el fin de obtener un nivel de ordenamiento óptimo en un contexto dado, que puede ser tecnológico, político o económico.

Cuando la vida social se desarrolla de manera en donde surgen tensiones internas en el marco de la interacción entre individuos, las normas y el juicio de la autoridad son cuestionadas; se trata de momentos de transición de un estado a otro, de una nueva norma o conjunto de normas a otro, el desenlace es la aparición o constitución final de un conjunto estable de normas que tienen categoría de pautas de conducta.
  Existen muchas variables en el estudio complejo de la regulación de normas, en este aspecto el estudio de estas normas se centra en el proceso psicológico general que implica la formación de cualquier norma, por consiguiente será mejor encaminar el estudio hacia aspectos de la psicología de la formación de normas de un modo general, en la reproducción en una situación de laboratorio bien controlada.

El marco explicativo central de abordar esta explicación de normas radica en la aplicabilidad del principio al que se ha llegado a la descripción y explicación de las normas que se dan en la vida social real. La hipótesis que hay que someter a prueba es que si no existe un marco de referencia en la estimulación, se va creando internamente al irse desarrollando la sucesión temporal de presentación de estímulos. Hemos de estudiar primero la tendencia del individuo a fin de descartar el dualismo “psicología individual” y “psicología social”, así es posible encontrar las diferencias existentes entre las reacciones individuales en la situación individual y en la situación de grupo.

El experimento
El experimento fue realizado por Henry Foster Adams en 1912 y por Muzafer Sherif en 1935, siendo más conocido el experimento por el segundo. El experimento consiste en aprovecharse del efecto auto cinético, pero en vez de introducir a un solo individuo en la sala, se introduce a un grupo de sujetos en la habitación de forma que deban dar una respuesta común sobre el movimiento que observan del punto luminoso, (claramente el movimiento es una ilusión).


Este experimento fue diseñado para medir hasta qué punto un participante, al pedírsele que resolviera la ubicación de un punto luminoso en un espacio, encontraría una respuesta personal, que sostendría en el tiempo.

El experimento se dividía en dos fases. En una primera fase, Sherif ponía al sujeto en una habitación oscura. Les explicaban que iban a ver un puntito de luz moviéndose, y debían determinar qué distancia, según ellos, se había desplazado. La luz, por supuesto, no se movía realmente. Los sujetos pasaban varias veces por este ensayo, y Sherif comprobó que al cabo de varias pruebas, cada uno establecía su propia media respecto a la distancia que recorría la luz: normalmente, entre 5 y 15 centímetros. También había gente que daba valores más dispares, entre 2 y 20 centímetros.

El "movimiento" del punto es percibido de forma distinta por cada individuo, pero estas distintas percepciones al contraponerse en el grupo generan una percepción intermedia con respecto a todas las dadas. De ese modo el grupo toma una percepción común ante el mismo estímulo.

En la segunda fase de la prueba, Sherif ponía juntos a dos o tres personas en la sala. Las instrucciones eran las mismas, pero ahora les pedía que llegasen a un consenso entre ellas sobre la distancia que había recorrido la lucecita. Una y otra vez se le presentaba la luz al grupo, y cada uno decía en voz alta su estimación. Sherif comprobó que, a medida que se iban dando más respuestas, las opiniones que la gente había dado previamente se modificaban rápidamente para adaptarse a una especie de “media grupal” o consenso; los que antes habían dicho que la luz se movía 5, 6 o 7 centímetros subieron su estimación hasta 10, 12 o más. Los que habían dado una media superior superior, cerca de los 15 centímetros, bajaban hasta acercarse a los 8-10. Sherif, como buen psicólogo, manipuló un poco los grupos. Solía poner dos individuos que habían dado respuestas previas muy parecidas junto a un tercero que había contestado algo muy diferente (por ejemplo, dos personas que habían “visto” moverse la luz 20 cm. y otro que había dicho 5 cm). Como cabía esperar, la opinión que más cambiaba era la del individuo que estaba solo, el que más “se desviaba” de la opinión de la mayoría.

Lo más interesante es que después, al volver a colocar al sujeto de forma individual, y repetir la experimentación, éste mantenía constancia con la ubicación consensuada por el grupo, aunque hubiese sido diferente a su primera apreciación individual.

Un plano de la sala en la que se desarrollaban las pruebas. Los participantes se sentaban en las tres sillas que pueden verse en la parte inferior, y veían la luz a través de un pequeño agujero hecho en una pantalla sobre la mesa de enfrente.
Curiosamente, no todos los grupos se amoldaban a una media aritmética general, sino que cada uno establecía su media. Había grupos que adaptaban sus respuestas a una media alta, digamos en torno a los 15 o 20 cm. Otros, en cambio, se situaban alrededor de los 2-5 cm. Y había grupos que se posicionaban en cualquier punto intermedio. Podría decirse que cada grupo establecía así su propia norma social, es decir, lo que era normal para esa pequeña sociedad que se había formado durante el experimento.
Cuando más tarde se les preguntó a los participantes si su opinión había sido influida por otros, casi todos lo negaron. Y, sin embargo, cuando estas personas volvieron a hacer la prueba ellas solas, su opinión no era la que habían dado en un principio, sino que se acercaba mucho a la del grupo. En otras palabras: la opinión del grupo no se imponía por presión o coacción (si así fuera, la persona volvería a su opinión anterior cuando se viese de nuevo libre de la influencia grupal), sino que realmente le servía al individuo como punto de referencia de lo que era “normal” e influía sobre su opinión personal e individual. Los individuos habían hecho una especie de revisión de su estimación individual durante su experiencia con el grupo.

La reproducción del experimento
El contexto experimental es una habitación oscura, sin otra referencia visual que una diminuta fuente de luz. En esas condiciones debe ocurrir un fenómeno óptico denominado “efecto autocinético”, por el cual la luz parece estar en movimento aunque en realidad no lo está. En primer lugar, los miembros del grupo iran accediendo a la sala individualmente, y más tarde lo haran en grupos reducidos. El grupo uno va a pasar por la experiencia en forma individual y luego grupal. En el grupo dos, los individuos primero van a pasar en forma grupal y luego individual.

El participante entrara en la habitación oscura; su tarea consistra en indicar cuál es la longitud del aparente “desplazamiento” del punto luminoso según su apreciación. Los participantes del experimento de Sherif realizaban series de 100 estimaciones, en nuestro experimento serán 10 estimaciones.

El "movimiento" del punto es percibido de forma distinta por cada individuo, pero estas distintas percepciones al contraponerse en el grupo generan una percepción intermedia con respecto a todas las dadas. De ese modo el grupo toma una percepción común ante el mismo estímulo.
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Explicación de los resultados de Sheriff
Los resultados se explican en base a que las percepciones individuales son influidas por las percepciones grupales, de modo que nuestra forma de ver el mundo está influida enormemente por la sociedad en la que vivimos y los grupos por los que nos movemos. Esto significa que nuestro modo de ver las cosas se ve afectado por el modo de ver las cosas de la gente con la que nos relacionamos.

Con respecto al Grupo 1: se observo que el individuo alcanza un promedio, una norma individual, regulariza la experiencia. (ej: determina que la luz se mueve 10 centimetros).

Con respecto al Grupo 2: Se noto que los individuos en la experiencia grupal mantienen un esquema de referencia grupal, y en la experiencia individual, también mantienen el esquema de referencia grupal.” Las estimaciones de ese miembro se efectúan con respecto al margen de variación y a la norma elaborados por su grupo.”

ESQUEMA DE REFERENCIA INDIVIDUAL: Cuando los individuos perciben el movimiento de un punto luminoso sin tener ningún cuadro referencial, se produce una normalización subjetiva individual.

ESQUEMA DE REFERENCIA GRUPAL: implica mutuas concesiones. Cada uno aporta, afloja, establece una norma común, un consenso. Las respuestas del individuo tienden a converger en un margen de valoración y una norma colectivos.

Así, después de que escuchaban las respuestas de los otros participantes, se les pedía una nueva estimación, que mostraba menos variaciones; las respuestas de los participantes se volvían más parecidas entre sí. Se había construido una norma grupal cuyo valor representaba el promedio de las estimaciones individuales.


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